Las secadoras, como el resto de electrodomésticos, incorporan desde hace unos años una etiqueta con una clasificación de su eficiencia energética que va desde la A+++ hasta la D. Indican el consumo eléctrico anual, capacidad de carga, nivel de ruido y duración del programa de algodón, eficiencia de condensación del cajetín.
Sin embargo, está previsto que durante el 2022 la etiqueta se actualice a una nueva escala que irá desde la letra A hasta la letra G (la menos eficiente). Ésta clasificación se basa en el consumo eléctrico por cada 100 ciclos. Además, la etiqueta energética informará de la capacidad de carga, el nivel de ruido, la duración del programa y, en el caso de las lavasecadoras, del consumo de agua. También incluye un código QR para escanear y obtener información adicional sobre el producto.
El consumo habitual de una secadora según el tipo varía desde los 4,8 kWh de las secadoras de evacuación a los 4,2 kWh de las de condensación o los 2,2 kWh de las de bomba de calor.